El fuego y el orgullo irlandés a través de su danza - Riverdance

El fuego y el orgullo irlandés a través de su danza

Riverdance se presentará durante once funciones en el Gran Rex
Por Pablo Gorlero | LA NACION

Se escucha un bodhrán furioso, una uilleann-pipe penetrante y, de pronto, una lluvia de pasos inundan el escenario. Pasos que son música, pasos que juegan con las simetrías y que, sumados, son una avalancha. Al tiempo que bailan, estos cuarenta y pico de artistas mantienen los brazos pegados al cuerpo y en sus rostros sostienen el orgullo irlandés. Es parte del embrujo que provoca Riverdance , el espectáculo de danzas irlandesas que recorre el mundo con tres producciones, cada una compuesta por 50 miembros, entre bailarines y músicos. Es innegable que si The Chieftains hizo conocer la música irlandesa en todo el mundo, Riverdance completó esa difusión de la cultura y la danza de ese país trabajador de origen celta.

Cincuenta artistas en escena, entre bailarines y músicos, en un show al estilo Broadway.

La compañía ya lleva 18 años de vida y acaba de arribar a la Argentina. Ayer debutó en el Gran Rex, donde se presentará durante once funciones.

El grupo se presentó por primera vez en el intervalo del célebre concurso de Eurovision, el 30 de abril de 1994. “Todavía recuerdo el momento en que las 400 personas que estaban en ese lugar saltaron de sus asientos y se pusieron de pie para ovacionarnos. Fue impactante”, evoca John McColgan en su suite del hotel Plaza, feliz de estar por primera vez en Buenos Aires. Se unieron varios talentos para que eso fuera posible: Bill Whelan -integrante del grupo folk de culto Plantxy-, el conjunto coral celta Anúna, los campeones de danza irlandesa Jean Butler y Michael Flatley y la dirección y producción del matrimonio compuesto por John McColgan y Moya Doherty. “La sincronicidad de nuestras coreografías sorprende. Cuando tenés 30 bailarines en una fila, todos haciendo lo mismo muy rápido, la gente se sorprende. Además hay algo primitivo al bailar con los pies y las manos pegadas al cuerpo.”

Se estrenó en 1994, en Dublín, y fue un éxito arrollador. A partir de ahí, la fama de la compañía y del espectáculo comenzó a crecer y a trascender las fronteras de Europa. Se presentaron con éxito en Asia, Oceanía, América del Norte y, ahora, por primera vez llegan a la parte meridional del continente.

La sincronicidad y la rapidez de las coreografías hacen que el público se sorprenda ante cada cuadro.
“Nos fue muy bien en San Pablo, pero estamos muy ansiosos por ver la reacción del público argentino. Dicen que son espectadores muy especiales”, señala McColgan.

Riverdance recorre la historia de Irlanda a través de la danza, pero en un formato que se asemeja a las grandes producciones del West End o de Broadway, algo que fascina al público masivo y los convierte en unos perfectos embajadores de la isla esmeralda. “Hay varias razones por las cuales nuestro show genera tanto interés. Todos nuestros artistas sienten un gran orgullo por su cultura y su nación. No es un show donde uno se viste de otro, acá se representan a sí mismos y a su país. Otra de las razones del talento de nuestros bailarines es que la mayoría de ellos bailan danzas folklóricas desde los cuatro años. Para ellos es natural esta danza. Ahora hay escuelas de danza irlandesa en todas partes del mundo. Hasta en China”, explica el director.

-¿Cuáles son los límites entre la danza folklórica y el megashow comercial y taquillero?

-Es bueno decirlo. Adonde vamos los irlandeses están muy orgullosos, porque es una representación de Irlanda, que es antigua y moderna a la vez. Hay gente a la que no le gustan las danzas folklóricas. Esta lo es, pero nosotros le agregamos espectáculo. Mi formación está en la televisión. Hice centenas de programas de entretenimientos y de ficción y, además, uso el vocabulario de los musicales de Broadway. Utilizo ese conocimiento y pasión por el teatro, sin dejar de respetar esta cultura. Nosotros no queremos minar la integridad de esta danza. Y le aportamos una teatralidad. He estado haciendo esto desde hace 50 años y creo que ha resultado muy bien.

Pronto volverán al Lejano Oriente, donde ya se presentaron en 24 ciudades chinas y en Japón. John McColgan no puede olvidar una imagen al finalizar una de las funciones en Tokio: “Un periodista japonés lloraba emocionadísimo cuando terminó el show. Le pregunté qué había sentido y me respondió que estaba conmovido porque pertenecíamos a un país pequeño, dominado por un gran país, y hoy estamos erguidos, presentando al mundo nuestra cultura con mucha teatralidad y de modo entretenido”..

La sincronicidad y la rapidez de las coreografías hacen que el público se sorprenda ante cada cuadro.

PARA AGENDAR

Riverdance: Hoy, a las 21; el sábado, a las 17 y a las 21; el domingo, a las 16 y a las 20; el viernes 31, a las 21; el sábado 1° de septiembre, a las 19, y el domingo 2, a las 18 y a las 21. Teatro: Gran Rex, Corrientes 857. De 100 a 480 pesos.

Riverdance: Embajadores de la cultura irlandesa

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